SOLEDAD ENTRE NOSOTROS
Al fin solos otra vez los dos,
te parecerá absurdo
pero así me siento mejor.
Aunque hubo tiempo de excusas
sólo para llegar cansado a vos,
ahora no veo las horas para que volvamos
a estar.
Aún así, me está costando disimular
que durante el día vivo entre gritos y
dolor
y me da vergüenza que los tengas que
aguantar.
Es que con los demás la cosa se está
poniendo peor,
y aunque no seas culpable de esta
soledad,
bien sabes que sin los dos no habría
más.
Tampoco voy a mentir,
si ahora es mi novedad sentir
soy el primer responsable de mi
debilidad.
Lo malo es no querer ver la solución,
para vos está lejos, y puede que así
sea,
pero sin luz aquí adentro jamás vamos
a verla.
Estoy llegando a extremos desconocidos
esta vez,
me resulta fácil frustrarme ante cada
desamor
y distingo cuantas veces se inflama el
corazón.
A veces duele más de la cuenta,
y no calma hasta exprimir mis pupilas,
acto seguido se resiente, y por ahí ni
sed de revancha tiene.
Siquiera comer, dormir, soñar trajera sosiego
a este ruido existencial,
es sólo negarlo un instante para que
vuelva a distorsionar.
Habrá que apelar a la receta
espiritual,
aunque para ser sincero,
la rutina de pastillas me estaba
empezando a gustar.
Pero será otra vez mañana,
porque sabes que acostumbro mentirme
con promesas que no voy a cumplir;
y mientras vos estés de mi lado,
casi seguro que vamos a seguir
esperando
que nos vengan a rescatar.

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