viernes, 28 de septiembre de 2012

Crónica de la Festividad Salteña


¡Esperando el Milagro!



Ficha técnica.
Público: uff 600 mil cuerposánimas, miles de almas más y muchos seres de luz.
Duración: casi 5 horas; algo así como 1 rosario, muchas jaculatorias, 3 himnos, 1 Pacto y 1 homilía.
Nivel de minas: 7,50 (la cristiana toga y la santurrona vendehumo mosquita muerta garpan), aunque cerca de las imágenes metía picos de 9 (hija de político despierta morbo e hijo de político abusa del saco y de la corbata).
Antidopping: negativo. Contraprueba: positivo (algunos salieron en camilla).
Cantidad de pañuelos: 564.836.
Se dijo arriba: “hermanos feligreses, mantengamos el espíritu del milagro y entendamos que todos no podemos entrar al mismo tiempo a la Catedral a despedir las imágenes”, el locutor de la Procesión, después que aquéllas habían ingresado al templo; “fue una producción de ‘Norte Eventos’, lo mejor en sonido de Salta, contrataciones al 15…’”, un capo que agarró el micrófono y metió el chivo cuando la gente empezaba dispersarse, publicidad no convencional.
Se dijo abajo: “vos sos bien pomeñita eh, bien negrita sos”, pelea entre hermanas vallistas.
El hit: está medio obvio “Señooor del Milaaaagro, Cristo Redentooor …”, (¿por qué la gente no memoriza que desde hace unos años modificaron la última vuelta? ahora dice “del pueeeblo argentiiino, no apartes tu amor”, y no “del pueeeblo de Saaalta” -nosotros somos federales, Buenos Aires-).


Monte Sinaí
Toda manifestación social multitudinaria desprovista de pancho y coca, cacerolas hipócritas, o sobredosis de estimulantes, genera admiración y conmueve.

Así y todo, y a pesar que ella se esmerara en elegir sus armas de seducción, con Salta nunca arrancamos. Me acusan de vanidoso reincidente por desentenderme de su coqueteo, pero sinceramente, a los gustos de mi gusto, el new folk y las empanadas de carne la hacen totalmente resistible y nada linda. Ni aunque al combo marketinero le sumes “El Milagro” (santa celebración, no el que todos esperamos), alcanza para excitarme; algo así como si en la procesión del 15 Señor y Señora representaran 2 reinas de los estudiantes en medio de un desfile de la “Cocina del Show” (los he visto). Sin embargo, no se puede negar la magia de la historia.
Entrar en mi ciudad siempre estimula, pero cuando lo hacés en medio de gente que viene caminando desde los lugares más recónditos con la alegre ansiedad de quien espera todos los años el único día de lluvia, simplemente asombra. “Nada más dulce que el deseo en cadenas”. Imagino, o quiero imaginar, y no creo que ni así fuese suficiente, el brote de felicidad que les produce a ellos estar entrando en mi ciudad con la euforia del campeón. No hay mucho para entender, fe, pasión y amor son las expresiones del alma que nos hacen distintos. Esas cosas difíciles de explicar. Igual, yo creo que ese día algo empecé a comprender.
Así las cosas: Salta, alta y radiante, sonrisa cerro a cerro, ojos miel y cabello dorado claro, no me levantó; pero sí me pudo el corazón rojiblanco de esa gente transparente. Por él fueron mis ganas de fiesta, con previas de novena y afters de hostias y vino. Así fue cómo este 15 alma le dijo a cuerpo ‘hoy no mirás la tv, hoy milito yo’.
Lejos de creerme con autoridad de etiquetar, más aun siendo que no vengo de los mismos de siempre, en el transcurso de los días recordé porqué había una especie de rechazo, pero así son las reglas del juego. Ahí estaban ellos, el que no está nunca pero ahora está primero y no falta (pulgar arriba cuando hay convicción, pulgar abajo cuando hay costumbre con o sin cartel). Le encuentro un paralelo internacional, aunque pobre Blanquita no tenga nada que ver, es que nunca tienen algo que ver, pasa que si cuando está agonizando a los 6 pirulos la bautizamos y le twitteamos al Dios 2.0 que creemos en el 0.0, medio que perdimos la brújula. Más si a tu amigo cura le decís después del sacramento ‘¿y ahora qué onda Padre? ¿Hay que rezar y esperar?’ Somos tan minúsculos debajo de la pasarela o fuera del prime time de la novela que deberíamos explicárselo al ego, para que llegado el caso no tenga que enterarse súbitamente que tenemos temor de Dios. O podríamos hacer como Rial, que habla con el obituario del lunes cuando dice que no cree en nada cuando muere Blanquita, pero no dice nada cuando mueren Morenitas. “Si Dios no existe cómo es posible toda esa vida de más que tenés”.
Creo que por esas cosas no iba. A mi parroquia sí, los domingos, y si puedo durante la semana, pero con las reinas de los estudiantes no podía caretearla, prefería intentar con la novena del Sagrado Corazón. Igualmente tengo que decir que quizás esta vez que pude estar más en sintonía vi que los pulgares abajo son los menos. Pero tampoco puedo dejar de decir que si éramos 600 mil, y los pulgares arriba eran mayoría, cómo puede posible ser que haya tanta mentira y violencia en esta Provincia. ¿Y si hacemos una Novena de 12 meses? Pongo las manos en el fuego por vallistos, puneños y norteños, esa devoción es inimputable.
La procesión tuvo de todo: colores, música, coreografías, emociones, pasiones y estética.
Primeramente hay que decir que notoriamente la Señora tiene más aguante: una cuadra más de agite y un aliento similar al de los peloteros (justamente), haciendo un parangón con el mundo rockero. El Señor, en cambio, se parece a un superhéroe humilde que quiere pasar desapercibido. Ahora sí, el paso de los 2 como flotando entre la multitud es una experiencia mística.
Pareciera que esos días Dios no atiende en Bs. As., por eso la lógica de la canción varía y ya no es sólo “dentro del palacio los jueces se ríen de vos”. Pobre Señora, tuvo a Oyarbide tras sus pasos (raro él tan instructor), con cara de respeto y un anillo de 100 millones de dólares en el dedo, es decir, a lo que se te venga a la cabeza sumale el mal gusto, es que “no es Dios todo lo que reluce”. Mientras, la Virgen con cara de póker, obvio. Pero en la linda somos copados con los pibes del puerto, por eso y en aras de no dejarlos desamparados durante el devenir del año a raíz del régimen de flexibilización laboral bajo el que trabaja la Virgen del Cerro, que cuando quiere se toma vacaciones pagas (por) con María Libia y se rajan para la playa, le adornamos algún santo patrono de fin de semana largo para que metan turismo místico lejos del ruido. Y si están sin ganas de ir a buscar a Dios a la montaña, ahora está de moda el cuarteto espiritual de un Sri Sri, Giancarlo, que se las trae, y lo podés bajar desde tu smart phone en cualquier bar con wi-fi.
La organización siempre puede mejorar, aunque me creo con poco derecho a criticarla porque desconozco de ediciones anteriores. El himno argento siempre emociona. Dato de color, literalmente, desde que llegaron las imágenes al Monumento a la Batalla de Salta hasta que se renovó el Pacto, el semáforo se puso en rojo unas 16 veces (tengo raras obsesiones y tenía que decirlo). La vuelta fue rápida, casi como en carrera, hasta una plaza principal inundada por “tormentas de palomas de una ciudad sin paz, sin fe, sin voz, sin vos”. Mi Procesión fue completa, mi Pacto fue desprejuiciar el corazón y bañarme en humildad.
Por suerte todavía era sábado! En estas condiciones es imposible ser luterano en este mundo, la fe sola no nos va a salvar, y mucho menos un fin de semana.
No digo que esta experiencia me haya hecho más salteño, quizás sí un poco más bueno. Igual no voy a renunciar a mi desfachatez, porque sucio y desprolijo creo le genero menos excitación. Salta me presume y yo le histeriqueo.
Dicen que la fe mueve montañas. Es más, en la provincia de las montañas hasta restauró el suelo! A mí me alcanzó con que me haya movido el alma. Sangre de Cristo, salud!


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