Eso que dijiste de “saudades”
¿Cuánto puede flotar entre la niebla de una mente sin
gravedad ese deseo perturbadoramente encantador de vernos y tenernos cuando la
imposibilidad física se hace evidente?
La alternativa puede ser obvia, pero ¿será que tentar los
sueños es pecar contra el extraño orden de los sentimientos?
Más bien, supongo, será pensarlos hasta alucinar vivirlos
con total fascinación, aunque sin razón, claro; porque cuando la haya, que la
hay, será soñado, y será sentido y pensado y fascinado con la máxima sazón.
Hasta tanto, y sin importar su longitud, dudo si son locas
las ganas, o las ganas la locura, o si sería loco ya no tener ganas de llegar
hasta vos, y con vos a donde la locura desconocía y conoció de un corazón; aun
cuando nunca lo hubiese realmente conocido.
Lo único que a esta distancia puedo asegurar es que locura y
voluntad, deseo e imposibilidad, sueños y realidad, lo conocido y por conocer,
es algo de lo que decís de saudades.
Quizás sea por eso que no tengamos una palabra, sino que
sean todas ésas, más todas las que hablan de vos cuando estábamos, de vos sin
los dos, de yo sin los dos y de yo con las únicas ganas de vos.
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| "Saudades", Will Kerr. |

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